Noir Desir

Cap 1.
Todos saben de los problemas que tuvo los 30's pero a menos que hayas estado ahí en las buenas nuevas: nueva york, nueva Orleans. No tienes idea de la clase de libertades y desenfrenos que se desataron. Porque realmente ¿Que mejor momento de disfrutar de algo en exceso más que cuando es prohibido y peligroso?

En un club que no necesita nombre oculto a plena luz del día en uno de los más bellos edificios de la ciudad el alcohol, las apuestas, las chicas todas pueden ser tuyas por una noche, todo un mundo de placeres y libertinaje a tus pies si puedes pagar por el pecado.
Enei era un chico que a pocas semanas de llegar a la ciudad se labró un buen oficio sacando provecho de su discreción, oído atento y facilidad para meterse en problemas. En esa ciudad se le llamaban detectives a las personas así y estaba en medio de un "caso", Su hermano Zanat había ido a buscarlo a la ciudad pero nadie parecía saber de el, sospechaba que pudo haber terminado en ese club. La última pista que tuvo hace unas semanas lo llevaban hasta ahí pero para el tiempo que le tomo encontrar la forma de entrar sin invitación lo mas probable es que el rastro estuviera mas que frio. Aún así, tenía que intentarlo.

Entró en el alto edificio, sus zapatos poco lustrados opacaban los pisos de mármol mientras los hacía sonar con un raro "tap-tap" al que no estaba acostumbrado. Unas cortinas de terciopelo rojo y techos altos eran el preludio de la más viva decadencia que la ciudad podía ofrecer y eso solo era el recibidor. Al cruzar por mas puertas y hartándose fácilmente del sonido de la risa y la platica siguió el aroma del champagne y los habanos.

En el salón de espectáculos, la gente empezaba a pelear por asientos cercanos al escenario apurando al cantinero a preparar un trago tras otro lo mas rápido posible, en cuanto tuviera un momento libre sería una buena fuente de información. Entre la multitud en movimiento un joven pianista destacaba mientras se apoyaba estático sobre la entrada de artistas viendo al interior mientras reía con fuerza. La pista decía algo sobre un joven pianista, sus contactos decían que a pesar de su posición aparentemente humilde en ese club tenía una gran influencia sobre los dueños y conocía a todos los que ponían el pie en el local. Posiblemente le daría problemas al entrar sin invitación pero la figura delicada del chico no significaba gran problema para el. Entre empujones y maldiciones sobre bebidas derramadas Enei se encontró de frente al pianista llamando su nombre esperando sorprenderlo.


Gabriel se volvió a Enei y una sonrisa altanera se formó en sus labios casi de inmediato al notar  su gabardina mojada y su traje polvoso, no le gustaba ese chico engreído. "¿Qué puedo hacer por usted detective?"  Una mirada y el engreído ya sabía más de lo que era conveniente.  Podía intentar evadir el hecho de que era una especie de detective y esperar que no lo tomara como una ofensa a su inteligencia o jugar una mano alta y decir la verdad. "Estoy buscando a un chico que se perdió en la ciudad, su hermano esta pagando una muy buena suma por mis servicios y a cualquiera de mis "asociados" que me ayuden a encontrarlo"  --A los engreídos no les gusta ser contradichos  y de todas formas ya le estaba mintiendo diciendo que lo habían contratado para encontrar a Zanat.


Gabriel miro detenidamente la foto que le había sido ofrecida para después guardarla en su bolsillo, dando una mirada cómplice al detective. "Su rostro me es familiar, pudo haber pasado aquí hace unos días…No estoy seguro de que día fue" dijo al tiempo que extendía su mano en dirección de Enei tomando los billetes que este recupero de su bolsillo. "El miércoles pasado, estaba esperando encontrar un trabajo aquí y le ofrecimos lo que pudimos para un chico con sus…credenciales" Zanat no tenía credenciales. Solo era su hermano pequeño que había perseguido un capricho idiota ahora temía lo peor y no pudo evitar el tono ligeramente amenazador al preguntarle a Gabriel a que se refería.  "La dirección de una madame amiga del patrón, siempre está buscando gente como el. No lo he visto desde entonces, creo que esa sería tu siguiente parada y si me disculpas, es hora del espectáculo."  Había algo en el tono descalificador en la voz del músico que molestó a Enei, no se proponía  sujetarlo con tanta fuerza pero al tomarlo del brazo pudo sentir su hueso y el dolor del otro estremeciéndolo mientras volteaba a verlo. "la fotografía" Dijo a modo de excusa el detective extendiendo su mano pidiéndola.  


La sonrisa que le ofrecía Gabriel era de completo entendimiento  haciéndolo muchísimo más agresivo y casi peligroso "Estoy seguro que tu…cliente puede darte otra. Guardare esta en caso de que vuelva a aparecerse por aquí. Un nombre o dos también podrían ser de utilidad" Ahí, la amenaza oculta comenzaba a salir. Soltándolo y ladeando la cabeza solo ofreció su primer nombre y una promesa "Enei, volveré más tarde" Sin nada más que agregar el pianista tomo su puesto junto a la pista organizando al resto de los músicos mientras un comediante luchaba por cada risa que escapaba de la audiencia.


La barra por fin estaba casi despejada a medida que todos tomaban sus asientos frente las pequeñas mesas, algunos que no habían encontrado lugar se buscaban un espacio libre al final de la habitación apretujándose los unos contra los otros susurrando ¿emocionados? Sin entender bien el por qué del alboroto  se sentó a la barra pidiendo un whiskey al cantinero. "Tanto alboroto por un sujeto diciendo palabras obscenas?" Su trago vino acompañado de una risa irónica del cantinero que se apoyaba en la barra viéndolo detrás de su cigarrillo. "No eres un regular, no vienes por el espectáculo, ¿porque vienes entonces?"  Su tono era brusco pero supuso que solo era su forma de hablar, los movimientos del cantinero eran tranquilos y casi genuinamente interesados en el. Alzándose de hombros dio el primer sorbo a su whiskey y sonrió. Era de buena calidad "Solo vengo por un buen trago y la esperanza de encontrar a alguien, me alegra haber encontrado lo primero" Tras dudar un momento le ofreció su nombre y su mano a forma de saludo  "Alioth y sobre tu segundo problema, creo que esta a punto de ser solucionado"


Las luces empezaron a bajar hasta dejar casi todo el salón en penumbras, tenues rayos de luz escapaban de las pequeñas lámparas sobre las mesas. Todos miraban el escenario al borde de sus sillas emocionados aún antes de que las notas del contrabajo empezaran a sonar mezclándose con suaves golpes en los platillos, todas las luces  fijas en Gabriel que acompañaba la melodía en su piano, golpeando cada nota con una sonrisa picara. Al voltear su rostro al escenario la luz siguió su mirada bañando por completo a la chica que todos estaban esperando.


Su voz era champagne y terciopelo,  su mano enguantada sujetaba el micrófono delicadamente, casi con ternura pero en su boca roja había una sonrisa y en sus ojos una promesa, todos en la sala sabían exactamente bien cual era esa promesa y su canción le hacían pensar que era solo para ellos.  Los labios de Enei buscaron un alcohol que desde hacía rato había desaparecido, dejando su boca inútil para ninguna otra cosa que colgar ligeramente abierta, siguiendo cada paso de esa chica por el escenario, absorto en el movimiento de su vestido que abrazaba su figura con cada paso que daba delineando las  finas curvas de su cintura. Toda ella lo llevó a un sitio muy lejos dentro de su mente, una nota alta hizo que fijara sus ojos en los de la chica sorprendiéndose de que los encontraran viéndole directamente, y sin ningún tipo de excusa ella le sonrió acercándose paso a paso hacía él provocándolo a subir al escenario y atrapar esos labios con los suyos. El pensamiento le sorprendió  e hizo que meneara su cabeza, intentando alejarlo mientras la chica  giraba en un fluido movimiento mostrando una espalda curveada y completamente blanca.  El número termino y el salón estallo en aplausos, el nombre de la chica resonando en cada boca de los ahí presentes. Michelle.


Es la clase de mujer que muchos quieren encontrar pero pocos llegan a conocer y eso era justo lo que él quería, conocerla. Si bien su hermano y seguir la pista más allá del pianista era su principal motivación no podía negar que la imagen de Michelle cantando se negaba a dejar su cabeza y comenzaba a invadir su imaginación.  Volteo de nuevo a la barra encontrando al cantinero hablando hasta el fondo con uno de los empleados del casino en el otro cuarto. El chico se veía pálido y estaba temblando. Alioth intentaba mantenerlo calmarlo tomándolo de los hombros y recitando ordenes en su oído, el chico poco a poco se fue calmando hasta dejar de temblar por completo y asentir levemente mirando al mayor a los ojos, gratitud desbordando de sus ojos y de su boca al besarlo.  No era que ese tipo de relaciones fuera algo desconocido para Enei pero nunca las había entendido del todo aunque claro; No entendía ningún tipo de relación la única persona importante había sido su hermano.  Aclarando su mente y volteando hacía enfrente al sentir la mirada acusadora de Alioth pidió otro trago mientras sacaba su billetera.  


El whiskey fue servido rápidamente pero la mano que se posó sobre la suya sujetándolo de la muñeca cuando intento tomarlo no iba a dejarlo ir tan fácil. Enei volteo la mirada al cantinero que lo miraba fijamente, hablando con un tono amenazante "Lo que pensaste que viste…No lo viste" Sería un problema para la reputación del establecimiento si se sabía algo como lo que acababa de ver y el hombre podría perder no solo su trabajo, posiblemente debió pensarlo antes de permitir un contacto como aquel en un sitio tan publico sin embargo asintió dejando el dinero en la barra. "yo no he visto nada, me has servido mis tragos y yo te he pagado por ellos"  Suspirando aliviado el cantinero soltó la muñeca del otro para tomar los billetes de la barra, tal vez esto resultaría beneficioso para el y Zanat. "No he visto nada…y yo no te he preguntado por un chico que pasó por aquí hace un par de días. El pianista lo mandó a una dirección al otro lado de la ciudad"   Alioth frunció el seño comprendiendo la condición del silencio del detective, y con el pretexto de arreglar la manivela del barril de cerveza bajo la cabeza haciendo que solo Enei pudiera oírlo o verlo de frente.  "Recuerdo al chico del que hablas pero no puedo decirte más que te olvides de el. La gente que pregunta demasiado deja de respirar antes de que encuentren respuestas en este lugar. Empiezas a preguntar demasiado"  Ese era un riesgo que ya había calculado e ignorado desde que se topó con esta pista. Agradeciendo el servicio salió del club caminando despacio a su piso analizando la información que había conseguido.